Las bajas temperaturas son el momento ideal para restaurar los daños de la piel ocasionados por el sol como resequedad, manchas solares, arrugas finas, entre otros.
Para reparar la dermis el peeling es una excelente opción consiste en producir la caída de las capas más superficiales de la piel con el fin de acelerar y facilitar el recambio celular.
El procedimiento puede ser mecánico (a través de la utilización de puntas de diamante) o químico (aplicación de ácidos que generan la descamación de la piel).
¿Puntas de diamante o ácidos?
Las puntas de diamante permiten eliminar las manchas y líneas finas en forma progresiva.
Los ácidos actúan a través de un proceso químico que al entrar en contacto con la epidermis generan descamación de las capas más superficiales, renovando así el estado general del rostro.
Uno de los más utilizados es el ácido glicólico porque tiene el menor tamaño de molécula y por eso se le atribuye un mayor poder de penetración.
Ambas técnicas pueden complementarse para potenciar los resultados.
Peeling bioenzimático
Es un gel de estructura liviana muy utilizado en pieles sensibles. Entre sus principales beneficios mejora la textura de la piel, reduce la formación de comedones y reactiva el proceso de descamación natural.
Precauciones pre-peeling
- Se recomienda no depilarse o afeitarse el mismo día del procedimiento porque puede producir enrojecimiento y ardor.
- No exponerse al sol o cama solar.
- Durante el embarazo solicitar autorización médica.
- No aplicar en lesiones abiertas.
Contraindicaciones
- Infección local activa.
- Exposición solar intensa.
- Proceso inflamatorio local.
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